Graciana Peñafort- www.elcohetealaluna.com
Luego de asesinar a varias esposas, Barbazul pidió un juicio justo. El tribunal que debía juzgarlo, a criterio del acusado, debía estar conformado por Carlos Monzón, O. J. Simpson y la madrastra de Blanca Nieves.
El abogado de una de las familias de una de las esposas asesinadas le recordó al poder judicial que el artículo 18 de la Constitución Nacional establece que “ningún habitante de la Nación puede ser… juzgado por comisiones especiales, o sacado de los jueces designados por la ley antes del hecho de la causa”. También le recordó al sufrido abogado que un juez no puede tener interés en el resultado de la causa que juzga.
El selecto tribunal conformado por Carlos Monzón, O. J. Simpson y la madrastra de Blanca Nieves rechazó la recusación del abogado en duros términos, llegando a decir que lo dicho por el abogado afectaba su buen nombre y honor como tribunal. Entonces el abogado recurrió a la Cámara de Apelaciones y realizo el mismo planteo y la Cámara razonablemente le hizo lugar y cambio el tribunal por un tribunal que no estuviese tan involucrado en hechos de violencia de género.
Lo anterior es un mal cuento de hadas, aun con final razonable.
Debo señalar que los refutadores de leyendas – o de cuentos de hadas— de Quilmes han copado el poder judicial argentino. Y es claro que ya no está el único hombre sensible de Flores en ese Poder Judicial. Y ya no hay finales razonables en la Argentina real. No al menos en el Poder Judicial.
Voy a contarles una historia de estos días. Que no es razonable. Hay un fiscal que se llama Stornelli. Ese fiscal fue apartado de una causa que se llama Río Turbio, porque imputó a Roberto Baratta con unos convenios que NO estaban firmados por Baratta. Entonces el juez de la causa resolvió apartarlo por haber sido parcial con el imputado. Eso pasó en marzo de 2018. Los diarios de la fecha dan cuenta de que Stornelli no estaba particularmente feliz con la decisión de ser apartado.
El 26 de marzo de 2018 Stornelli se tomó un café en su casa con un periodista de La Nación que se llama Diego Cabot, que le contó una historia que involucraba unos cuadernos mágicos que contaban el circuito de la corrupción K, escritos por el chofer de Baratta. Stornelli le propuso que le presentara la denuncia en su fiscalía. De onda.
Y Cabot fue y presentó la denuncia. El 12 de abril de 2018. La denuncia señalaba como principal imputado a… Roberto Baratta. Todo el sistema no parece muy formal, ¿no? No, y no lo es. Tampoco parece correcto que un fiscal apartado por ser parcial tome una denuncia contra la persona que lo apartó. No lo parece y no lo es.
Cabot le dio a Stornelli unas fotocopias de los cuadernos. Con esas fotocopias Stornelli fue a visitar al entrañable juez Claudio Bonadío. Y Bonadío sonrió. Pero dejó de sonreír cuando se preguntó como haría para ingresar esa causa a su juzgado. Entonces se acordó de una mujer, la esposa del chofer que habría escrito los cuadernos. Ya una vez la mujer había presentado una denuncia en lo de Bonadío. “Recórcholis”, habrá dicho al recordar que esa vez no tomó esa causa, sino que, con toda corrección, la mandó a sorteo. “Ves, eso me pasa por cumplir una vez con la ley… la reputa madre… Traela a declarar”, le habrá ordenado a alguien.
Y así Bonadío es el juez que se hizo forum shopping a sí mismo.
Esa es la historia de como un fiscal que no podía intervenir y un juez que no había sido sorteado como manda la ley se quedaron con la causa. Con lo que no se quedaron, sorprendentemente, ¡es con los cuadernos!, donde el arrepentido se rearrepintió y los quemó, aunque ni usted ni yo ni nadie lo crea realmente.
Mi amigo Pablo Slonimsqui en el libro que hay que comprar estos días – Forum Shopping Reloaded— hace un catalogo de intervenciones más o menos encubiertas de los servicios de inteligencia para influir en la justicia: Querido Pablo, deberías agregar: Escribir cuadernos, fotocopiarlos y luego quemarlos… Pirueta feroz, que no se le ocurrió ni a Mata Hari.
Vamos a señalar que las fotocopias no son pruebas en si mismas, son indicios que NO tienen el valor del original, pero que pueden servir como un elemento para orientar la investigación, en palabras de Zaffaroni. El detalle de cómo Stornelli y Bonadío orientaron la investigación es por cierto curioso. Detuvieron a varios ex funcionarios y a varios empresarios. Buscando que un finde en la alcaldía de Comodoro Py los ablandase. Y en efecto lo consiguieron, porque varios empresarios “se quebraron” y solicitaron acogerse al régimen de arrepentido. Mas curioso fue el caso de empresario Ángelo Calcaterra, que no fue detenido y que organizó su declaración en forma conjunta con el fiscal de la causa el sábado anterior a presentarse y declarar (¿?). Deben ser las ventajas de ser un primus – no inter pares, solo un primus—, deben ser. Cosas que si las hubiese sugerido como posibles a mi profesor de derecho procesal penal, me habrían mandado de vuelta a casa con orden de volver en el próximo turno de examen.
Detalle delicioso que demuestra lo que es una investigación parcial tanto en lo periodístico como en lo judicial son dos nombres que aparecen en el cuaderno y que fueron omitidos tanto por Cabot como por Bonadío en primera instancia. El primero de ellos es el de Paolo Rocca, dueño de la más importante empresa que actúa en la Argentina que se llama Techint. Sí, en los cuadernos aparece Techint, pero se ve que no revestía interés periodístico el detalle. Ni judicial, para el caso. La convocatoria a un ejecutivo de Techint fue recién efectuada luego que se hiciera publico que aparecían en las fotocopias.
El otro nombre misteriosamente no visto ni por La Nación ni por la dupla feroz Bonadío/Stornelli es el de Mindlin, que no solo representa a EDENOR, sino que además fue quien adquirió el paquete accionario de IECSA, empresa que fue del Presidente Macri, luego fuentes cercanas dicen que fue transferida a Ángelo Calcaterra y luego del escándalo de Odebrecht fue transferida a Mindlin. Sospecho que Stornelli no cita a Mindlin porque está esperando que Mindlin lo cite a él… como hizo Calcaterra. Todos son muy cordiales en esos mundos, imagino. Y se invitan entre ellos a tomar el té.
Donde no son tan cordiales es en el mundo de los dedos que designan y trasladan jueces. Porque de un tiempo a esta parte la orden constitucional acerca del modo de hacer la designación de los jueces es violada en forma sistemática, por un gobierno que parece no haber leído la Constitución Nacional con demasiado entusiasmo.
Ya les conté un cuento de hadas, ahora me toca contarles una historia de terror. La historia que debería darles inquietud tiene por protagonista a un juez que se llama Pablo Bertuzzi. Juez que es el presidente del Tribunal Oral que tuvo a su cargo el polémico juicio al polémico Amado Boudou.
Cacho –así le dicen a Bertuzzi— lleva varios años como miembro del tribunal oral. Y un día se canso y decidió irse a la Cámara de Apelaciones, donde había tres vacantes. Pero decidió irse de forma —digamos— rara. Podría haberse presentado al concurso que estaba abierto para ocupar esas vacantes. Pero no.
En lugar de concursar como el resto de los mortales, optó por un camino alternativo y le pidió al Consejo de la Magistratura que lo trasladase. El abracadabra judicial que hace que un juez pase de un sillón a otro sin concursar. Y el Consejo de la Magistratura comenzó a darle trámite a la solicitud de Bertuzzi, que en esos días estaba de lo más ocupado con el juicio a Boudou.
Como parte del trámite de traslado, el Consejo de la Magistratura le pregunto su opinión a la propia Cámara donde Cacho había pedido el traslado. Consultada la Cámara sobre si veía con buenos ojos el traslado de Cacho para ser su compañerito de aventuras, la Cámara contesto: “Mire, oiga Cacho, la Constitución establece un modo de designación de los jueces en el artículo 99 inciso 4, y no es la mudanza”. También recordó la Cámara que ya había un concurso para ocupar los lugares en Apelaciones y que había mas de 90 personas inscriptas para rendir.
Hasta acá parece todo una absurda burocracia judicial, pero ya sabemos: pasaron cosas. Cuando el 6 de julio se hizo pública la respuesta de la Cámara de Apelaciones, rechazando la incorporación de Bertuzzi, los periodistas inmediatamente asociaron las posibilidades futuras de obtener el traslado soñado por Bertuzzi vía Consejo de la Magistratura al resultado del juicio del polémico Boudou.
¿Y porque lo asociaron? Porque, para ser trasladado, Bertuzzi necesita que su pase lo firmen los votos del Consejo de la Magistratura (cuya mayoría es PRO) y luego contar con el apoyo de Germán Garavano, Ministro de Justicia y del Poder Ejecutivo que debía firmar el bendito decreto que haría realidad su sueño.
¿Y qué quería el gobierno por esos días? La respuesta a esa pregunta salió publicada en varios diarios. “El Gobierno quiere que Boudou quede detenido en el acto. ‘Siempre impulsé en los proyectos que presentó el Ministerio de Justicia al Congreso sobre reformas procesales que en caso de ser una persona condenada a cumplir una pena debe ser detenido al momento de la sentencia. En ese momento se termina el principio de inocencia que establece la Constitución, y en todo caso comienza otro principio que es el de la revisión de esa condena por otro tribunal’, dijo a La Nación el Ministro de Justicia, German Garavano. La Unidad de Información Financiera, que depende del Poder Ejecutivo, hizo esta solicitud al alegar en las últimas semanas. ‘Esperamos el máximo rigor del tribunal en un caso de corrupción. Si lo condenan, entendemos que se dan ciertos presupuestos para detenerlo’, dijo una fuente de la UIF”. [1]
Por eso, como abogados de Boudou recusamos a Bertuzzi. Nos dio un muy razonable temor que existiese tal coincidencia de intereses entre el gobierno y Bertuzzi, un Alcoyana-Alcoyana feroz que se llevara puesta la legitima aspiración de nuestro defendido de contar con un juez imparcial.
A la recusación la rechazaron sin siquiera tramitarla. Fuimos a Casación. Y adivinen: tampoco la tramitaron. Por eso el día que se iba a dictar la sentencia presentamos un recurso extraordinario. Que según el Código procesal tiene efectos suspensivos, es decir que no se puede avanzar hasta tanto sea resuelto. ¡¡¡Ojo!!! No lo digo yo, lo dice el Código Procesal en el artículo 442, donde expresamente establece que la interposición del recurso ordinario o extraordinario tendrá efectos suspensivos. Es decir que Bertuzzi no podía intervenir en el juicio. Y como un tribunal esta compuesto por tres miembros, si uno no puede intervenir, entonces no se puede dictar sentencia.
El tribunal hizo oídos sordos y resolvió igual. Y debo decir, el gobierno debe estar re contento, porque no sólo condenaron al polémico Boudou, sino que en una voltereta jurisprudencial rara lo pusieron en prisión preventiva. Y eso es raro, porque ese tribunal ha seguido el criterio de la libertad de las personas hasta que la sentencia esté firme. Por ejemplo eso hizo con la causa “Once”, donde se investiga la responsabilidad de 52 muertes. Todos libres hasta que haya sentencia firme. El resultado fue en voto dividido. La mayoría se conformó con los votos de Guillermo Costabel, otro de los jueces de tribunal, y ¿adivinen quien más? Sí, exacto.
Sorprendida, una periodista de Página 12, Irina Hauser, le preguntó al tribunal el porqué de ese cambio de jurisprudencia. “Porque Cambiamos” fue la respuesta.
La sentencia, incluyendo la arbitraria detención de Amado Boudou, se dictó a las 14. Y Amado fue detenido en el acto. A las 17.41 el diario Clarín publicaba una nota titulada: “Uno de los jueces que condenó a Boudou pasará a la estratégica Cámara Federal”. Verán que el nombre del juez ya no resulta importante, solo es “uno de los jueces que condenó a Boudou.” Eso me hizo acordar al Indio que en un tema maravilloso de su maravilloso disco nuevo dice: Cuando ya abandone mi nombre/ A merced de miserables, ay / Tal será mi vergüenza…
Supongo, y escribo esto con amargura infinita, que hay quienes no tienen tanto apego a su nombre ni tanta vergüenza.
El Poder Judicial argentino. Ese cuento de hadas que no fue. Estas historias de terror que están siendo. Y como canta el Indio en esa misma canción: Todos esos jodidos / siempre tienen a mano/ las más tontas razones / para mentir a gusto/ siempre a gusto del poder.
Podrá ser Poder Judicial. Lo que no es, créanme no es, es Justicia.