El expresidente y el exvicepresidente de Bolivia entre 2006 y 2019 recordaron en AM750 el día que se conocieron, cuentan qué proyectos tienen ahora que no ejercen el poder y opinan sobre Cristina Kirchner, Alberto Fernández, Macri y el Papa Francisco.
La amistad de Evo Morales y Álvaro García Linera: “Aunque la derecha nos quiso enfrentar, nunca pudieron hacerlo”
En el comienzo de la entrevista que Evo Morales y Álvaro García Linera mantuvieron en La Pizarra con el economista y autor de Evo: Operación Rescate, Alfredo Serrano Mancilla, el expresidente y el exvicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia eligieron correrse de la coyuntura para contar la historia detrás de su sociedad de gobierno, que a lo largo de los años devino en una amistad poco frecuente en la política.
Entre anécdotas, recuerdos de infancia y declaraciones de principios (“Hay que enamorarse de la patria y no de la plata”), los hombres que encabezaron el Poder Ejecutivo boliviano entre 2006 y 2019 dejaron varias definiciones que permiten conocer mejor las vidas cotidianas detrás de sus figuras de liderazgo.
Además, sobre el final, se sometieron al clásico ping pong de preguntas y respuestas de La Pizarra en el que calificaron a varias figuras de la política latinoamericana y mundial. “No entiendo cómo Mauricio Macri pudo mandar armas y gases a mi patria en vez de mandar alimentos y medicamentos”, se lamentó García Linera.
¿Se acuerdan cómo se conocieron?
Álvaro: Las personas mayores tienen que empezar a responder…
Evo: ¿Quién será el mayor? (risas) No recuerdo la primera reunión. Pero él me hizo recordar una vez cuando presidía la reunión de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba. Antes de empezar con el debate, siempre llevaba a un invitado. Para hablar de los 500 años de la resistencia indígena popular lo llevé a Germán Choquehuanca para que explique qué era la Whipala. Fuimos contentos para repasar la historia, refrescar la memoria con motivo del 12 de octubre de 1492. No me acuerdo cómo me contacté con Álvaro, pero también lo invité a participar ahí.
Álvaro: Cuando yo militaba en la guerrilla, antes de entrar preso, ya sabíamos de un dirigente carismático, joven, simpático, muy mayor, obviamente (risas), pero que tenía mucha influencia en el trópico. Estoy hablando del año 85 y ya el liderazgo de Evo despuntaba localmente. Nosotros teníamos nuestra base en el altiplano y en las minas y comenzamos a tener presencia clandestina en los valles y en el trópico. De hecho, organizamos algunos grupos también de entrenamiento armado, y ya en esos años nos llegaban los informes que hablaban del liderazgo de Evo. Era muy querido y muy carismático, y cuando iba a Cochabamba, siempre con gente y conquistando adhesiones, ya era un fenómeno político. Luego yo entré a la cárcel, donde estuvimos cinco años, y saliendo de la cárcel a través de otro compañero, Oscar Olivera, un dirigente fabril, nos contactamos con Evo porque yo iba a las fábricas, y ahí llegó la invitación de Evo. Él tenía un hábito muy interesante, que era un análisis político previo. Antes de entrar a los temas locales del sindicalismo agrario hacía un análisis de la situación nacional, de la situación internacional y luego ya iba al debate concreto. Entonces Evo me invitó a una charla en un lugar que ni siquiera llegaba a ser un galpón, era un pedazo de tierra con unas hojas encima.
E: Era un gallinero…
Álvaro: Claro, era muy austera la estructura sindical. Ahí los compañeros estaban al estilo obrero, con sus cuadernos y sus lápices anotando todo. Ahí lo conocí, di una charla que no me acuerdo de qué se trataba. Todo esto fue antes de la “Guerra del agua”. Y luego, ya en la “Guerra del agua”, en el año 2000, cuando se intentaba expulsar una a una a las empresas extranjeras, Evo llevó con 6000 compañeros de la Federación del Trópico a ayudar a los vecinos de la ciudad de Cochabamba a enfrentar a la policía y apoyar el bloqueo. Yo iba dando vueltas por la ciudad y ahí lo encontré a Evo con sus guerreros. Era impactante. Luego ya comenzamos a vernos más regularmente después de ahí. Pero el primer encuentro, como él dice, fue en la Federación del Trópico por invitación de él ,para hacer un análisis de la situación política de Bolivia. Ha pasado mucho tiempo pero parece antes de ayer. La primera imagen que me viene es la de él, como un comandante, con los seis mil compañeros que habían llevado para ocupar todo un pedazo a la avenida. Él estaba agitando, dando instrucciones por teléfono. Era un líder muy atento a la situación. Eso me impactó.
Evo, ¿cuál es la mayor virtud de Álvaro?
E: Es muy leal. Aunque la derecha nos quiso enfrentar, nunca pudieron. Querían instalar que Álvaro nos quería quitar la presidencia. Yo decía que éramos una yunta, un toro negro y un toro blanco. Incluso algunos compañeros querían separarnos. Algunos ministros no querían nacionalizaciones, ni bonos ni rentas. Álvaro ha sido un verdadero compañero. No es sencillo encontrar compañeros tan comprometidos con nuestra revolución y con tanta conciencia social. Es importante ser humanista, progresista, pero si no se es antiimperialista no eres revolucionario. Nosotros hemos demostrado en los hechos nuestro antiimperialismo, y eso nos ha permitido los cambios. Hay que enamorarse de la patria y no de la plata. Nosotros hemos hecho política por la patria. Ese era nuestro compromiso.
Álvaro, ¿cuál es la principal virtud de Evo?
Á: Evo tiene muchas virtudes. Pero la más importante es su capacidad de tejer lealtades, alianzas, acuerdos de lo popular. Es un hombre que une. Ha habido líderes indígenas muy importantes, muy capaces pero ninguno con esta habilidad de unir. Hay una tendencia de lo popular que es lo subalterno a dividirse y en la división ganan siempre los poderosos. Y Evo desde que tengo memoria nunca se ha colocado por delante, siempre puso a la unidad por delante. Eso permitió que con la gran rebelión del 200-2003 lográramos la victoria electoral con el 54 por ciento por primera vez en 40 años en Bolivia. Eso fue gracias a la habilidad de Evo para unir a la Federación del Trópico, a las mujeres campesinas, a los pobladores y vecinos del alto, a los obreros de las fábricas y las minas, cooperativistas, etc. Los que estaban enfrentados Evo los unía. Tenía la paciencia y la habilidad para encontrar el punto en común. Eso no lo aprendes en la universidad ni en los libros. Es una habilidad carismática y extraordinaria que él tiene. Entre todas las virtudes que tiene esa es la que más ha contribuido a este renacimiento victorioso y empoderado del movimiento indígena, popular y campesino en Bolivia.
¿Sueñan por las noches?
E: Álvaro sabe que soy un soñador. Recuerdo que cuando tenía 12 años soñé que estaba caminando por una vertiente de agua cerca de Orinoca, el pueblito que me vio nacer, y cuando miro por debajo de mí vi víboras. Empecé a llorar y desperté llorando. Ya no podía dormir. Cuando tenía 15 años soñé que estaba volando de Orinoca hacia el cerro Cuchi cuchi, que yo digo que es mi cerro, no por riqueza sino por poder político. Yo estaba volando y pensaba que así debe ser volar un avión. De golpe aparecen unas nubes y me empiezo a asustar. porque ya no veía nada. Nuevamente desperté llorando. El tema del sueño de las víboras se lo comenté a mi madre. Mi madre me dijo “Evito, en tu vida no te va a faltar plata”, solamente dijo eso. El sueño de vuelo se lo informé a mi padre y él me dijo que iba a ser alguien en la vida y me dijo que para eso debía saber respetar a mayores y menores. Aprendí bastante de mis padres. Hace dos semanas volví a soñar que volaba.
Á: Doy fe de la gran capacidad que tiene Evo de soñar y de acordarse de sus sueños. Soy un estudioso de los sueños de Evo y he estado muy atento a cómo él se sentía para enfrentar retos y problemas que había en la gestión de gobierno. En mi caso, sueño pero no me acuerdo.
Es importante ser humanista y progresista, pero si no se es antiimperialista no eres revolucionario
Evo Morales
¿Cuál es la persona que más los influenció en su juventud?
E: En temas de moral y ética, mis padres. La familia Morales era muy querida y respetada. Todos decían “Los Morales no le pegan a sus mujeres”. Mi madre me decía que a las mujeres no se las agrede físicamente y mi papá me decía que si le pegaba a una mujer me estaba pegando a mí mismo. Son los valores que me dejaron mis padres. En temas políticos, de chico leí el libro de La revolución india (1970), de Fausto Reinaga. También me ayudó bastante el libro de Domitila Chúngara. Y me influenció mi profesor de geografía, que era mi primo. Él nos explicaba con mucho cariño. Me acuerdo de otro profesor, Justiniano López, que entraba a las clases y hablaba de nuestra realidad y nuestra situación y nos enseñaba a mejorar. Él me acompañó cuando fui diputado, y cuando llegué a la presidencia lloró.
Á: Mi madre, fundamentalmente mi madre. Vivir del propio trabajo, no vivir de rentas ni vivir de ahorro, sino vivir de tu trabajo cotidiano. Un hecho que a mí me parecía muy digno. Y la segunda cosa, principios y lealtad a los principios a muerte. Una vez que uno decide y tiene una serie de valores y objetivos, cumplirlos, pase lo que pase, no importa el tiempo. Creo que esos dos elementos me han marcado como una gran herencia que viene de mi madre.
¿Cómo empiezan sus días?
Á: Me despierto temprano y lo primero que hago es revisar periódicos de Bolivia, América Latina y el Mundo. Lo hago antes de desayunar.
E: Yo me levanto a las 4.30 de la mañana. Reviso los periódicos de Bolivia. Luego me baño, hago deportes y me pongo con mis actividades.
Álvaro, ¿qué puedes hacer ahora que no eres vicepresidente?
Á: Ser vicepresidente de mi patria ha sido un privilegio histórico y me siento muy agradecido por la confianza de Evo y por la confianza del pueblo boliviano con el voto. Pero la verdad es que ahora estoy haciendo lo que quería hacer hace 5 años atrás: formar gente. Formar a la futura generación que tiene que empujar la segunda oleada del proceso de cambio continental, mundial y boliviano. Ahí me siento más cómodo. Quería hacerlo hace 5 años. Eso lo sabe Evo. También quería escribir lo que hemos hecho. Yo vengo de abajo. Soy un guerrillero que peleó desde abajo, desde las comunidades y los barrios. Por eso quiero encontrar ahí a la masa crítica juvenil que va a participar desde la comunidad, desde el sindicato de este barrio, en las futuras luchas que tienen que dar un salto cualitativo en nuestro proceso histórico de transformación y de justicia social.
Evo, ¿qué vas a hacer ahora que no eres Presidente?
Yo voy a volver al trópico y me voy a quedar allá. Gozo de mi libertad para trabajar y jugar. Quizás venda tambaqui.