Organizado por la Fundación “Vamos a Andar” y con la presencia del gobernador Ricardo Quintela, se recordaron los 100 años del natalicio de Monseñor Enrique Angelelli.
En este contexto, la diputada Nacional Hilda Aguirre, quien además preside la fundación “Vamos a andar”, agradeció la presencia de los jóvenes y sobre todo, “de los jóvenes del 76”. Además de destacar la presencia del gobernador Quintela en este acto, Aguirre reconoció que la situación para los jóvenes hoy es “difícil”, aunque comparó los diferentes tiempos históricos y opinó que “no son más difíciles como en aquellos años, cuando no teníamos derecho a hablar, hoy, la cosa es distinta”, admitió.
Invitada a dirigirse a los presentes, Nelly Borquez, tras saludar a los presentes, resumió parte de la historia de vida de esa generación militante. “Empezamos una militancia en los años ´80, con la vuelta de la democracia y con la vuelta de todos esos curas y monjas que volvían del exilio”, reseñó.
Recordó la “ausencia de muchos jóvenes que habían hecho un trabajo en las villas, de acercamiento, de apoyo escolar, comedores, merenderos, esos que nos hacían soñar desde la Teología de la Liberación en otro mundo posible”.
Luego de resumir modalidades del trabajo solidario y comprometido con “el otro”, Nelly Borquez, avanzó en la idea del “trabajo de un nuevo tejido social, la Teología de la Liberación, las comunidades eclesiales de base, los seminarios de formación teológica, la construcción de nuevas simientes, para poder defender esta democracia”.
Al decir de monseñor (Angelelli) “no podemos ser tibios, que nos espera un momento de tempestades, pero, como el evangelio de Monseñor Angelelli dice, que tenemos que estar allá, donde está la necesidad, donde está la mujer golpeada, donde los feminicidas matan a las mujeres” y concluyó: “Porque creemos que tenemos que construir un nuevo país y defender la democracia”.
Monseñor, tus simientes están –por lo menos a mi edad he podido trabajar desde un evangelio- y como decía (Angelelli), el reino no está arriba, el reino está acá, con nosotros y nosotras” y al finalizar, Borquez, con marcada emoción en sus palabras, agradeció a Monseñor Angelelli por haberla “guiado en esta militancia”.
Más adelante, María Sol Rodríguez, dirigente y militante de la agrupación política “La Cámpora”, agradeció la invitación para recordar esta fecha. Rodríguez describió sus inicios en la militancia política a partir de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner. “Si bien –dijo- no es nacida en La Rioja, “abrazó la historia de la provincia y de Angelelli” con fundamentos políticos,
Según Rodríguez, Angelelli “fue un perseguido político, asesinado por la dictadura cívico-militar”. Y agregó: “nuestro trabajo siempre fue pregonar su tarea, pero, desde una mirada política y lo que más me gusta reconocer, es que fue un hombre profundamente político que abrazó su fe, pero, que cumplió también llevándolo a los hechos”. “No se quedaba con los discursos de una homilía, sino, más bien, lo llevaba al territorio, a las bases, a cada necesitado o necesitada, no como un sentido de caridad, sino como una profunda reivindicación a los derechos que cada persona se merece”.
Mientras tanto, la monja Ana, resumió: “Nuestra tierra –donde vivimos- siempre es sagrada. Donde estamos nosotros, está Dios. Pero, en la tierra donde se ha derramado la sangre, en el caso de La Rioja, con los cuatro mártires (Angelelli, Murias, Longueville y Pedernera), es una tierra sagrada superlativa”.
Les traigo el mismo abrazo que le di a Cristina (Fernández de Kirchner) y después del magnicidio y todo lo que se dice de ella, el abrazo con Cristina –salvando distancias- es como un abrazo de Angelelli, porque Cristina sabe de sufrimientos, de dolores y sabe de entregas, entonces, es una gracia de Dios y de la vida”, concluyó la religiosa Ana.
Para finalizar, el cura Gabriel Osorio, tras participar de la celebración del natalicio (100) de Monseñor Enrique Angelelli, describió aspectos que fueron acercándolo a la figura del Obispo riojano. Entre otros conceptos, reconoció que “gracias al testimonio de hombres y mujeres de mucha fe y compromiso -acercándome a estas figuras y personas tan humanas, tan profundas y divinas, como lo fueron Angelelli, Murias, Longueville y Pedernera- se me abrió un horizonte nuevo”.
Para el clérigo Osorio, Angelelli “debe haber sido una persona maravillosa que supo despertar lo maravillosos de cada uno”. Y la semilla que dejo se multiplico en las comunidades y en los movimientos políticos sociales, buscando este sueño un poco más justo”.
Reconoció y destacó el trabajo realizado por la generación de la época, admitiendo que “no la pasaron nada fácil, lucharon fuerte y ahora ahí están para contarlo y orgulloso de poder ver que realmente se conquistó algo. Y finalmente, valoró “el trabajo que se puede hacer en territorio, barrios, en la base, con mucha fe, puede generar un ambiente justo para el bien de los que estamos, de los que vienen y vendrán”.

By omalarc

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