Se trata del barrio privado “Terrazas del Palmar”, en el que más de 30 familias sufren la falta de agua. Denuncian que son “rehenes” de una empresa que lucra con un proyecto en desarrollo engañoso y piden la intervención del Estado provincial y municipal para garantizar condiciones de vida digna.

10 años pasaron desde que la empresa Terrazas del Palmar S.A. comenzó a comercializar sus lotes ubicados detrás del autódromo de la ciudad de Capital. 7 años, desde que se instalaron las primeras familias en viviendas construidas con ahorros de toda la vida.
Muchas de ellas tomaron créditos hipotecarios con una certificación engañosa de que el barrio contaba con servicios de agua y luz otorgados por la empresa que, hasta el día de hoy, afirma que son obras en desarrollo.

Lo cierto es que desde entonces viven en el lugar familias con hijos pequeños que sobrevivieron en condiciones de riesgo -por las conexiones clandestinas de luz que la misma empresa instaló en el suelo-. A esto se suma la falta de agua corriente, ya que el agua que llega hasta el lugar lo hace con muy poca presión también por conexiones clandestinas.
Además denuncian la inseguridad provocada por el aislamiento, ya que la zona no está urbanizada y el barrio privado no cuenta con un cierre perimetral seguro.

La inalcanzable utopía del desarrollo
Actualmente, los vecinos de Terrazas del Palmar tienen en claro que si de la empresa depende el desarrollo del barrio, eso no va a suceder en el corto, mediano ni largo plazo; ya que el proyecto contempla un nivel de desarrollo urbanístico y de servicios millonario.
La propuesta de venta incluía asfaltado, plazas, centros comerciales, cloacas y hasta una perforación de agua propia. En todos estos años, la empresa no paró de comercializar lotes que hoy rondan el millón y medio de pesos como punto de partida.
Como contraprestación, en diez años Terrazas del Palmar S.A. desarrolló el tendido de media tensión sólo en una parte del loteo, una perforación que al no funcionar se encuentra inutilizada, una instalación de cañería en las mismas condiciones que la perforación; un cierre perimetral incipiente y dos portones. También aportó mangueras de 3/4 para conectarse clandestinamente al circuito de agua que pasa por los barrios Bella vista y Autódromo 2; y 3 bombas de presurización para hacer llegar el agua a las viviendas habitadas y en obra dentro del loteo.

Crónica de una lucha
En el 2013, Jorge comenzó a construir su casa. Fue el primer vecino en hacerlo. Por el estado de abandono y soledad del lugar, prácticamente tuvo que construirla dos veces (ya que sufría actos vandálicos con frecuencia como rotura de paredes).
Los vecinos que llegaron posteriormente también tuvieron que afrontar la compra de cables, palos rollizos, mangueras, bombas presurizadoras, luminarias, alambres y hasta carteles identificatorios con leyendas como “propiedad privada” y “prohibido el ingreso”.
En 2020, el hastío y la desesperación los llevó a organizarse y se unieron con el reclamo del centro vecinal del Barrio Autódromo 2 que denunciaba las conexiones clandestinas de agua del barrio Terrazas del Palmar.
A partir de entonces comenzó el diálogo con distintas áreas del gobierno que se mostraron predispuestas a colaborar con los vecinos para solucionar los problemas alarmantes por los que atraviesan.
Si bien Edelar S.A conectó la luz a la línea de media tensión que ya había desarrollado la empresa, eso no bastó para llegar a todas las viviendas ya que la obra no está desarrollada completamente.
También el ministro de producción Fernando Rejal colaboró con mangueras de 63 mm para lograr mayor flujo de agua que permita llegar a todas las viviendas.

La Municipalidad de Capital se acercó para brindar el servicio de recolección de residuos, abrir el acceso de calles a las viviendas habitadas y colocar luminarias para alumbrado público.
Actualmente, los vecinos gestionan ante el Ministerio de Gobierno la colocación de alarmas vecinales.
Pero toda gestión se ve opacada con la contundencia de la realidad: recientemente estuvieron cinco días sin agua y la historia parece nunca terminar. Por eso piden desesperadamente la intervención del Estado: “cada vez que golpeamos una puerta en algún área pidiendo ayuda, la primera respuesta que obtenemos es que el Estado no puede ingresar a un barrio privado y el camino judicial hoy es inaccesible para nosotros e interminable”.
“En este escenario, la mejor definición para resumir lo que nos pasa es esta: somos rehenes de una empresa que nos estafó. No damos más. Pedimos que el Estado nos de las garantías de una vida digna como a cualquier ciudadano”, concluyeron.

By omalarc

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