El único acusado por el crimen de la joven patquiense fue condenado hoy a prisión perpetua por el delito de homicidio agravado por el vínculo. Pedro Miguel Angel Ortiz, quien confesó en la primera jornada del juicio que disparó, se deshizo del cuerpo y luego lo quemó para ocultar el crimen, fue trasladado inmediatamente al Servicio Penitenciario Provincial. El asesinato de Romina Ríos de 18 años ocurrió el 12 de febrero de 2015 y su cuerpo fue hallado en cercanías del Golf Club 48 horas después. Tanto la fiscalía como la querella habían solicitado la pena que finalmente ratificó la justicia riojana.
“Se hizo Justicia”, fue la frase que más se escuchó luego de conocer el fallo que condena al ex policía Pedro Ortíz a prisión perpetua por el delito de homicidio agravado por el vínculo.
En la lectura del fallo, se le imputó el delito de Homicidio Doblemente Calificado en Concurso Ideal, e inmediatamente se ordenó su traslado al Servicio Penitenciario Provincial, donde cumplirá su pena.
El fallo respetó el pedido de la fiscalía y la querella, que en los alegatos realizados en septiembre pasado coincidieron en solicitar la prisión perpetua, para Ortiz, que en su declaración durante el juicio admitió haber disparado a Romina, deshacerse del cuerpo y rociarla con alcohol y prenderle fuego para borrar sus huellas al verse acorralado.
Con una fría declaración, en la primera jornada del juicio, el ex policía reconoció que mantenía una relación sentimental con la víctima y dio detalles del horrendo crimen que cometió en febrero de 2015, pero en todo momento trató de cargar sobre la víctima la culpa de sus actos. En sus dichos Ortiz quería justificarse manifestando que fue Romina quien lo habría llevado a esa situación límite, generando el rechazo de toda la comunidad.
Ortiz aseguró en su declaración que Romina estaba muerta al momento de arrojar el cuerpo a un descampado cerca del Golf Club, pero para los jueces de acuerdo a las pericias, la joven estaba con vida. Cabe recordar que, sorpresivamente, durante la cuarta jornada del juicio por el crimen de la joven patquiense , el forense José Luis Díaz Brizuela, declaró que Romina Ríos no murió a causa del disparo, tal como había relatado el único imputado Pedro Ortíz, si no que murió aproximadamente después de casi 48 horas de agonía. El perito forense aseguró que Romina murió calcinada, ya que en la autopsia se encontró humo en la tráquea, lo que demuestra que la joven estaba viva el momento que Ortíz le prendió fuego en el basural.
Todas las declaraciones y pruebas fueron suficientes para condenar a Pedro Ortiz a prisión perpetua, logrando así que Romina finalmente descanse en paz.
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