El Hospital Ramón Carrillo de la localidad riojana necesita especialistas clínicos y un bioquímico. Un vecino de esta ciudad se propuso divulgar las ventajas de aventurarse al cambio, entre ellas, la tranquilidad de la vida sin inseguridad, la belleza del paisaje serrano y un sueldo tres veces superior al que percibe la mayoría de los profesionales

Alejandra López Fontana vivió en City Bell toda su vida y no tenía pensado cambiar de barrio hasta que en 2012 conoció a Luis Ortiz, con quien formó pareja y hoy tienen un hijo de tres años. Ambos abrigan el proyecto de mudarse a Famatina, La Rioja, a unos 1.300 kilómetros de La Plata. Por ahora, lo único que los demora es la falta de médicos en el hospital de la ciudad riojana.

En las vacaciones de 2010, Luis había visitado la localidad y, aunque su encanto comenzaba a envolverlo, no se terminó de decidir. Hasta que una casualidad lo cruzó con quien hoy es uno de sus grandes amigos. “Durante un paseo, se me rompió la camioneta y un vecino muy hospitalario me ofreció ayuda”, recordó. “En un momento me preguntó: ¿Por qué no te venís a vivir acá? Y no lo dudé. Le pedí que me ayudara a conseguir un terreno y lo hizo”, agregó.

Unos años después, compró una hectárea por 27.000 pesos. Allí, poco a poco fue construyendo su casa a la sombra de nogales, perales y otros ejemplares autóctonos. A lo lejos tenía el cerro Belgrano, conocido también como el Nevado de Famatina. Habían previsto mudarse el año pasado, pero a

Alejandra le detectaron cáncer de mama con metástasis en ganglios. “No pudimos mudarnos porque la salud allá es un problema”, lamentó Luis.

Se busca doctor

El Hospital Ramón Carrillo está destinado a atender la salud de unos 3.500 habitantes del departamento riojano de Famatina. Hasta hace ocho años, podían hacerlo sin mayores sobresaltos con los cuatro médicos clínicos de su planta. Sin embargo, el fallecimiento de un profesional y la jubilación de otro hicieron que actualmente solo queden dos. Además, ambos están radicados en Chilecito, a unos 40 kilómetros, y se trasladan para cubrir las guardias.

Con la necesidad de cambiar esa realidad, Luis se contactó con el director del hospital, Rodolfo Gaetán, y le propuso buscar médicos en La Plata. “Es una necesidad urgente”, afirmó Gaetán, el odontólogo que desde hace ocho años se encuentra al frente de la institución. “Podemos garantizar vivienda, nombramiento y un sueldo que está entre los 40.000 y los 50.000 pesos”, enumeró el director del hospital. Cabe destacar que un médico principiante, en La Plata, percibe un sueldo que ronda los 13.000 pesos y que debe complementar realizando guardias. Además, los profesionales que se radiquen en Famatina podrán ejercer su profesión en forma privada, en paralelo con el ejercicio en el Carrillo.

Desde la institución se buscan dos médicos clínicos, pero lo ideal sería que uno se especializara en Pediatría. Además, necesitan un técnico bioquímico. “En los departamentos riojanos de Felipe Varela y Rosario Vera Peñaloza están en la misma situación”, agregó el director del hospital. Gaetán cree que el impedimento actual para conseguir profesionales son los 200 kilómetros que los separan de la capital provincial. “En la Universidad de La Rioja forman médicos que prefieren quedarse para seguir capacitándose”, afirmó y agregó que los interesados pueden comunicarse a su celular (03825-15572412) con el currículum actualizado.

Además de los beneficios mencionados, Famatina ofrece la tranquilidad necesaria para que los niños jueguen en la calle y para que no exista necesidad de cerrar las puertas con llave por las noches. Vecinos hospitalarios, servicios básicos garantizados y escasa humedad también entran en el combo.

En vísperas de la mudanza

Luis y Alejandra estiman que podrán mudarse este año a La Rioja junto con el hijo que tienen en común y Sofía, la hija de 10 años de ella. “Allá puede andar en bicicleta todo el día”, celebró Luis, y agregó que “está como loca porque acá no lo puede hacer”.

La quimioterapia de Alejandra dio buenos resultados y ahora no queda más que empacar. “Cuando estemos allá vamos a formar una asociación para seguir mejorando lo que haga falta”, comentaron ambos.

En los últimos años, mientras la casa estuvo en obra, Luis viajó con frecuencia. En su última visita, la hija de dos años de una vecina tuvo broncoespasmos y vómitos durante tres días. “Cuando me enteré, la fui a buscar y la tuve que llevar a la ciudad de La Rioja para que le dieran el paf”, recordó Luis, que ahora guarda la esperanza de resolver esta problemática cuanto antes.

Fuente: hoydiario.net

By omalarc

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