El 23 de diciembre era una noche apacible y calurosa en la Capital riojana.

En uno de los principales paseos públicos se registró un fenómeno que no tiene explicación: no había viento, ni gente, pero las hamacas se movían como si alguien estuviera jugando.

 

https://youtu.be/DKcUYGksPVg

By omalarc

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.